Fiestas viviendo lejos

Recuerdo nuestra primera Navidad viviendo en EE.UU. Nuestra hija tenía 6 años y decidimos llevarla a tener la experiencia real de Navidad del hemisferio Norte. Nos fuimos al Polar Express, sí, ¡igual a la película! Ella estaba emocionadísima… y nosotros por ella.

Todo maravilloso hasta la salida. Estaba todo oscuro, muy pocas personas en la calle, sin muchas alternativas para comer más que papas fritas en el bar de un hotel cercano. No es lo que uno piensa cuando se imagina la cena de Navidad. Hoy nos reímos, pero en su momento fue un poco triste y lamentamos no tener esa parte previamente planeada. Cuando volvimos al hotel, junto con la botella de champán que teníamos guardada, conversamos de lo que estábamos viviendo.

Y es que las fiestas en distintas partes tienen distintos códigos culturales. Mientras en el hemisferio sur se asocia a verano, calor, a trasnoche, en el hemisferio norte, al contrario, es invierno, hace frío, se cena temprano.

Una clienta describe con su particular humor: “En Chile los regalos se abren el 24, en EEUU el 25. En España se abren en enero con la llegada los Reyes Magos, en Turquía no se celebra. En Italia se celebran 3 días y no son Reyes sino la Befana, una anciana con aspecto de bruja que llena las botas de los niños con caramelos o carbón…” Como ella deja ver de su experiencia, las tradiciones son muy diferentes en distintos países.

Y esto puede hacer que muchos, como nosotros, se pierdan en la forma de comportarse o planear las fiestas. Y se evidencia también el estrés de la adaptación, la incomodidad de funcionar diferente en el país que nos aloja.

Asimismo, al momento de socializar con locales, si bien es cierto uno se pueda informar, hay sutilezas que no son evidentes, por ejemplo, cuánto tiempo quedarse cuando uno es invitado, qué llevar o preparar para sumar a la cena, cómo comportarse, se deben llevar regalos, de qué tipo o monto es el apropiado, qué tipo de ropa usar, etcétera. Todo suma al estrés de la adaptación.

Como sea, estar lejos para las fiestas (Jánuca, Navidad, Año Nuevo, o la que sea dependiendo de la cultura) es un momento de reflexión, de melancolía, de extrañar. Es uno de los momentos en los que se hace más evidente la distancia, y eso, a muchos, les duele.

Para muchos padres los momentos de celebración que han sido anteriormente con familia extendida (primos, abuelos, tíos, etc.), traen consigo una cuota de culpa. Culpa por no poder darle a los niños la misma experiencia acostumbrada, intentando, en ocasiones, llenar ese vacío con exceso de regalos, o caros viajes o panoramas, como Disney o el Polar Express (¡aunque éste último es relacionado con la Navidad! Jaja)

En fin, videollamadas para cenar con la familia en el país de origen, o reuniones con nuevos amigos, viajes o panoramas diferentes son frecuentes en las personas que se mueven a otro país, como forma de transitar durante las fiestas en un espacio emocional positivo.

Cuando es más de uno los años viviendo lejos, puede cambiar la perspectiva. Es ahí donde, para muchos, se abre la posibilidad de mirar las oportunidades de establecer las propias tradiciones para celebrar las fiestas, de acuerdo con lo que a uno más le acomode.

Pero esto requiere tomar consciencia de que uno dirige la vida propia y de la familia de acuerdo con lo que uno quiere para sí mismo y los suyos. Hay quienes adoptan costumbres de los países en los que viven, otros mantienen las costumbres que aprendieron desde niños, otros optan por híbridos de distintas culturas, o inventan nuevas formas de celebrar que les hagan sentido para el momento de la vida en     que están.

No importa cuál sea la decisión, sí es importante que sea reflexionado y que tenga sentido para tí. Así se logra coherencia y la sensación de estar construyendo en el extranjero, la vida que uno quiere. Y, finalmente, la tradición que decidas adoptar como tuya, la vas a preparar con un cariño diferente: decorar, preparar la cena o proveerte de latkes, tamales, pan de pascua, turrones o hallacas, según sea el caso.

Como ves, para vivir en el extranjero se necesita de una cuota de coraje, otra de conexión emocional y de reflexión, bastante de sentido de aventura y otro tanto de creatividad. Las fiestas, porque están muy cargadas de ritos, son parte de los momentos en los que más se evidencia la personalidad que le quieres imprimir a tu vida en el extranjero.

¿Cuáles son los ritos que mantienes de tu lugar de origen? ¿Cuáles son tus nuevas costumbres para pasar las fiestas? ¿Qué distinto puedes hacer estas fiestas que te llene de satisfacción y orgullo por lo que estás construyendo?

Deseo ¡que tengas unas muy lindas fiestas en el lugar del mundo en el que elijas vivirla!

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