Las quejas frecuentes de los expatriados

Después de investigar, mi hipótesis se confirma: con más de 270 respuestas de expatriados puedo concluir cuáles son los factores que más estresan y hacen difícil la adaptación para las personas que recién se cambian de país.

Cuando uno se cambia de país pasa por distintos momentos. Si ya leíste mi ebook (gratis en mi página web) sabes que, después de la luna de miel de los primeros días o semanas, viene la caída a la realidad: hay que insertarse, encontrar donde vivir, contratar los servicios básicos para la casa, aprender a moverse en la ciudad, etc.

Es aquí donde normalmente se comienza a desarrollar cierta hostilidad al país que te alberga, y se extraña el país de origen, o el anterior en el que se vivió (al que ya estabas acostumbrad@).

Para quienes están en esta etapa quiero decirles: es normal sentirse así durante un tiempo. Pero si sientes que estás entancad@, y pasan meses y esa hostilidad no cambia, pide ayuda, contáctame y conversamos, te puedo dar alguna perspectiva (¡30 minutos gratis a través de mi página web!).

Las reacciones más comunes, cuando uno se enfrenta al momento de la realidad, son 2:

  1. Pena, desesperanza, ánimo bajo, duda si vas a ser capaz de enfrentar este cambio y salir exitoso, desánimo. Es frecuente sentir que te faltan herramientas (idioma, por ejemplo,) que estás estancado y no ves salida. Si éste es tu estado de ánimo general, te digo: no creas lo que piensas, ¡no es así! Eres mucho más poderos@ de lo que crees.
  2. Rabia, enojo, frustración. Encuentras que todo o mucho es malo, que están equivocados o que las personas son raras. Que el sistema (de lo que sea) es muy complejo, insuficiente, caro, etc. Es decir, hay una crítica constante a las situaciones. Si éste es tu estado de ánimo general, te digo: ten paciencia, intenta observar sin juzgar, es normal sentirse rabioso, un cambio tan grande no pasa en vano.

Lo más frecuente es que uno oscile entre estos 2 estados. Es normal y esperable. Y es normal que sientas que los días pasan lento, que no puedes resolver (porque el sistema no te lo permite o porque no te sientas capaz de hacerlo) y, por lo tanto, se incrementan las sensaciones y/o emociones antes descritas.

Ya habiendo normalizado el hecho que por un tiempo te quejes y estés enojad@, revisemos los temas que normalmente son motivo de queja:

  • Los alimentos: el poder ir al supermercado y entender las cosas que venden toma algo de tiempo. Aprender de las calidades de ciertos productos, variedad de ellos y su utilidad, el precio adecuado, etc. no es algo que se adquiera de inmediato. Por otra parte, hay personas que se inclinan más hacia la comida procesada, y otras hacia la comida saludable y no procesada, y encontrar dónde conseguir el tipo de alimentación que uno busca a buen precio, puede ser un desafío y requerir horas de exploración en la ciudad en la que vives.

 

  • La idiosincrasia, la forma de relacionarse de las personas: todas las culturas tienen códigos particulares a ellas. Para las personas que pertenecen a una cultura, la forma de relacionarse es transparente, dado que se conocen los códigos, y es natural entender la verdadera intención tras la comunicación. Para quienes llegan a una cultura, hay que descifrar esos códigos, porque son fuente importante de malentendidos. Es por eso que las personas son percibidas como “raras”, pero no lo son en su cultura; los diferentes, para los locales, son quienes llegan, y son ellos los llamados a aprender y valorar el país que les alberga.

 

  • El clima: Ya sea porque es caluroso, húmedo, frío, seco, o como sea. Cuando uno llega a un lugar, una de las condiciones ambientales que más afecta a las personas es el clima porque determina, en gran medida para algunos y en menor para otros, la cantidad de cosas que puedes hacer fuera de tu casa. A los que les gusta jardinear, caminar, deportes al aire libre, etc. el clima puede ser un gran aliado u obstaculizador.

 

  • La movilidad: La calidad, frecuencia y cobertura del transporte público. Si cuentas con auto o no, si el tráfico es muy pesado, etc. son normalmente factores que afecta la vida de las personas. Esto dado que para muchas personas la posibilidad de moverse guarda estrecha relación con el grado de independencia que puedan tener, y con el grado de resolutividad para armar su vida en el nuevo lugar. Si no cuentas con auto y el sistema de transporte es limitado en cobertura y pasa sólo 4 veces al día, las posibilidades de moverte se restringen mucho. Cuesta ir al supermercado, a pasear, ¡a lo que tengas ganas de hacer! Hay ciudades que tienen en tema muy resuelto, pero hay otras que el transporte es un desafío.

 

  • El mercado inmobiliario: Una de las primeras grandes tareas que tienes al llegar a otro lugar es hacer tu nido: encontrar casa o departamento, proyectarse en ella, para poder pensar la vida ahí y ver la luz al final del túnel. Pero muchas veces las personas se encuentran con que el mercado inmobiliario es muy dinámico, comprar o arrendar un lugar donde vivir en ciertos lugares son decisiones por tomar muy rápidamente, en algunos lugares sin incluso poder ver el lugar ¡sino a través de fotos! Además, hay ciudades particularmente caras en las que tomar una decisión se hace materia de más análisis.

 

  • El sistema de salud: Entender cómo funciona el sistema de salud es un gran desafío. Todos los países tienen sistemas distintos y diferentes maneras de abordarla, y uno siente que nunca termina de entender bien cómo procede, ¡especialmente cuando lo necesitas! Este puede ser uno de los factores más estresantes para quienes son padres o tienen alguna enfermedad crónica.

 

  • Diversidad cultural, oferta gastronómica, cartelera cultural y de espectáculos: La exposición a la vida cultural y artística puede ser otro factor que facilite o dificulte la adaptación, sentir que hay variedad permite vivir distintas experiencias, que es lo que muchos buscan cuando se van a vivir a otro país.

 

  • Actitud de servicio en general: Hay culturas más frías, donde se privilegia la rapidez y otras culturas en la que las personas se toman más tiempo en atender al cliente. Eso produce un choque para quienes está acostumbrados a la opuesto: impaciencia y queja por la baja agilidad en resolver temas, o extrañeza por lo rápido de la atención y “frialdad” en la atención.

 

  • Horarios de comida, tradiciones en general: hay tradiciones que llaman la atención, al comienzo chocan o disgustan, pero luego, cuando se entiende de dónde vienen esas prácticas, estas pueden hacer sentido y tomar otro valor.

 

  • Discriminación: Este factor incide y golpea fuerte. Sentirse discriminado hace que uno desarrolle estrategias de autoprotección, entonces, en vez de exponerse a la cultura para participar lo antes posible de ella, la necesidad de protección predomina. Se desarrolla desconfianza, celo, las personas evitan relacionarse con personas locales, en cambio, se intensifica la necesidad de establecer amistades con personas de la misma nacionalidad/raza, o el motivo de discriminación que aplique a la persona.

Pero éstas no son todos los motivos de queja. Por supuesto que puede haber más. Todos somos diferentes y nos golpean cosas distintas. Es natural que así sea.

El consejo: paciencia y apertura van a permitir el entendimiento. En el momento todo se ve negro, o rojo, tener en cuenta que es un tiempo, hasta que poco a poco empiecen a resolverse las cosas, hasta que conozcas un poco más, lleves más tiempo en el lugar, y comiences a ver las potenciales ventajas que te puede significar vivir en la ciudad que elegiste.

Por el momento, darse cuenta de cómo te sientes es un gran paso. El que sigue es aceptar que las cosas no son necesariamente como uno esperaba, que es difícil cambiarse de país (más de lo que uno imaginaba), que la adaptación lleva un tiempo, y que es necesario que seas compasivo contigo mismo.

Nuevamente, si te sientes estancado en estas emociones, conversemos. No quisiera que sufras más de lo estrictamente necesario. Mi misión es ayudar a valientes expatriados a que se sientan en casa durante su vida en el extranjero.

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