¿En el extranjero y sintiéndote estancad@?

Lo he observado, y también lo viví. Muchas personas cuando se van a vivir a otro país desarrollan cierto “shock”, no me refiero al choque cultural.

Me refiero al estado de detención y conmoción por el vacío que se experimenta. Me he dado cuenta de que es más frecuente que ocurra en las parejas de los expatriados por trabajo u otra razón. Le pega más duro al que acompaña, y es totalmente entendible: la propia identidad se pone en juego, pero ya voy a eso más adelante.

El shock al que me refiero es a esa sensación de detención del tiempo, de parálisis, de no saber qué hacer o cómo reaccionar, cuando un evento nos impacta, que puede ser muy positivo o muy negativo, pero en ambos casos, fuerte e inesperado.

Muchos nos quedamos hasta sin palabras cuando, por ejemplo, nos dan la noticia que alguien muy cercano ha muerto: nuestro sistema nervioso se toma un tiempo para procesar y entender, darle sentido a lo que tenemos que hacer frente.

El shock emocional es la reacción psicológica que se manifiesta cuando una persona ha sufrido una situación altamente estresante. Es como si la mente se quedara en blanco, como el computador cuando se queda pegado y en la pantalla se lee “procesando” junto con un círculo que gira.

Esto es, cuando la situación es muy estresante, nos “bloqueamos” como parte de la reacción normal frente a ella, porque nos sentimos incapaces de poder gestionar, resolver o actuar efectivamente. En otras palabras, aquí no hay nada de patológico, al menos por un tiempo.

El shock inicial puede durar hasta algunos días, hasta cuando creemos que pasó efectivamente pasó, es decir, cuando termina la negación de los hechos.

Luego viene la etapa en la que se comienzan a asimilar los hechos poco a poco. Aún persisten los síntomas de estupefacción, la angustia y/o ansiedad, pero se van disipando lentamente dentro de los siguientes meses, dependiendo del estímulo que pueda haber producido el shock inicial y cuán traumático pueda ser dicho estímulo.

Si el estado dura más de 4 meses, por favor consultar con un experto para evitar que se instale un trastorno por estrés post traumático.

Pero ¿qué tiene que ver esto con los expats y sus acompañantes? Mucho. La experiencia de irse a vivir afuera puede ser muy estresante para algunos, especialmente para aquello que requieren reinventarse y/o reinsertarse profesionalmente en otra cultura.

Recuerdo a una clienta que era experta en ecoturismo. Le llamaremos “Lara”. Cuando Lara se fue a vivir a otro país de Europa del este porque trasladaron de oficina a su marido, ella sintió que se quedó “colgada” (en sus palabras), sin saber qué hacer ni cómo retomar su carrera.

Colgada para ella significaba estar en el limbo, en una dimensión desconocida, donde no conocía nada ni a nadie, no entendía el idioma, ni cómo moverse para resolver las cosas más triviales para poder vivir cómoda.

Pasaban los meses y, si bien Lara se sentía más segura respecto de lo doméstico, en lo profesional no lograba si quiera poder imaginarse cómo reinsertarse. Hicimos un lindo trabajo juntas. Aprendió mucho sobre cómo funciona el sistema nervioso, sus resistencias más frecuentes, aprendió a regularse cuando se sentía nerviosa o “colgada”, a identificar sus gatillantes de estrés, a observar sus creencias y entender cómo la limitaban.

Planeamos estrategias, celebramos cada pequeño paso (el sistema nervioso lo requiere), comenzó a visitar agencias para “turistear” sobre cómo se hacen las cosas en ese lugar, etc. Unos meses más tarde comenzó a salir de su estancamiento. Visitaba las mismas agencias de turismo para compartir su experiencia, generó conexiones, pudo seguir algunas referencias que le dieron hasta que finalmente se atrevió a decir: “soy experta en ecoturismo, tengo mucha experiencia, hablo distintos idiomas y busco trabajo”.

A Lara no le resultó fácil salir de su estancamiento. A la mayoría le cuesta, incluida a mi misma. Puede tomar varios meses, pero no varios meses sin evolución. Varios meses reconstruyendo una identidad que evoluciona. Identidad en evolución implica entonces, derribar creencias inconscientes, aprender a regularnos, a ser autocompasivos, a querernos y respetarnos por lo que somos, a entender que nuestro valor en otro país también merece ser reconocido y nunca negociado.

Hace muuuchos años leí un libro llamado “Los tiempos del corazón” de Willy Pasini y recuerdo que aprendí que el tiempo del corazón no es igual al tiempo cronológico, y que las personas necesitamos tiempo para procesar, masticar ideas, recrear imágenes en la mente ensayando lo que queremos hacer, antes de tomar acción.

Los expats y sus parejas, al igual que los adolescentes, necesitan mirar el techo durante un tiempo. Es un “tiempo lento y bueno”, en palabras del autor, un tiempo productivo en el que se recrea quién y cómo quiero ser. Es un tiempo saludable y necesario.

En este proceso surgen muchas dudas propias, y cuestionamiento externo. Este cuestionamiento suele venir desde las personas que te quieren, y te quieren ver bien. El tiempo pasa y no ven movimiento, por lo que prontamente comienzan a entregar soluciones o instrucciones respecto de qué hacer y no hacer, por ejemplo: “deberías ir al gimnasio y no quedarte en casa haciendo nada, deberías buscar trabajo, no leer tanto, deberías hacer más amistades, y no quedarte sol@”.

Este cuestionamientos, opiniones y juicios lo único que hacen es dejarte más sol@, exigido y con una autocrítica cada vez más voraz. Justo lo que NO necesitamos. Entonces, toca decir lo que te hace bien y pedir con todas las letras aquello que necesitas. Y recuerda que lo hacen desde el amor y preocupación por ti.

El shock pasa. El estancamiento pasa. Con acompañamiento pasa más rápido y con una identidad en evolución más sólida.

¿Te sientes estancad@? Contáctame por redes sociales, pagina web o por mail, a claudia@cfaurecoach.com

PS: Lara finalmente consiguió trabajo. No exactamente en lo que ella hacía en su país de origen, pero en un tema relacionado. Si bien no era lo que ella más quería, decidió que éste sería un peldaño más en su proceso de reinvención y reinserción.